¿Cómo Funcionan Las Cuotas?
Probablemente este sea uno de los puntos más importantes que tocamos aquí en apuesta.mx, la mayoría de la información que explicamos en este sitio gira alrededor de las cuotas, o momios, como también son conocidos. Así que lee con detenimiento la siguiente información, que es fundamental en el mundo de las apuestas.
¿Qué son las cuotas o momios?
Las cuotas o momios son el dinero que paga un sitio de apuestas por cada resultado en un evento deportivo. Este dinero se representa en cuotas (sin divisa). Si un sitio de apuestas para un resultado a 3.1, significa que por cada peso apostado, pagará 3.1 pesos. Si paga 5 a 1, pagará 5 pesos por cada peso apostado. Entonces, si apostaras 50 pesos a un resultado que se paga a una cuota de 1.5, quiere decir que multiplicamos 50 x 1.5 y tendremos lo que sería nuestra ganancia, es decir, 75 pesos.
Algo que tenemos que dejar en claro es que las cuotas más altas no necesariamente son las mejores. Las cuotas son calculadas por las casas de apuestas tomando en cuenta diversos factores que determinan qué resultado es el favorito (que tiene más probabilidades de darse) y qué tan favorito es. Por ejemplo, en un partido en el que juegue Alemania (local) contra Luxemburgo (visitante), la cuota de Luxemburgo será altísima, por que el local, además de estar en casa, es un equipo muy fuerte y es más probable que gane, mucho más. Entonces apostar por Luxemburgo, aunque podría pagar mucho, es muy poco probable que gane. Tenemos que encontrar un equilibrio entre la cuota y la posibilidad de ganar para hacer una apuesta viable.
Tipos de cuotas
Existen tres tipos de cuotas que son las más importantes del mundo, a continuación te explicamos en qué consisten.
- La estadounidense: Este tipo de cuota se caracteriza por usar números como +200 o -200.
- La fraccionaria: Esta variante de cuota es propia de las casas de apuestas del Reino Unido y se manifiesta a través de fracciones.
- La decimal: Este tipo de cuota es la que se usa en México y en gran parte de Europa, y no es porque la usemos nosotros, pero es la más fácil de utilizar de las tres. Para calcular el beneficio solo hay que multiplicar la inversión por la cuota y restarle lo que invertimos.